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Escritura clave: “Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos” (1 Corintios 10:11).

Una de las grandes enseñanzas en la vida es reducir las experiencias en lecciones aprendidas. A veces, puedes haber tenido experiencias sin haber aprendido algo de ellas. Hay un dicho, “No son lo mismo 10 años de experiencia que 10 años de antigüedad, 1 año de experiencia repetida 9 veces más”.

PREPARACIÓN

Debemos enfocarnos en algo que ha estado grabado de manera indeleble en nuestra memoria – una lección que ha sido provechosa para nosotros y que también pueda ser útil para otros. Debe considerarse como la gran lección aprendida, no una pequeña. Medite en ello, piénselo bien antes de escoger el tema. Puede incluir el humor si es que lo considera apropiado. Puede dividir su mensaje en varios puntos. Asegúrese de explicar en su propósito por qué es la lección más importante.

PRESENTACIÓN

Recuerde incluir ejemplos o ilustraciones vívidas – no presente solamente un principio abstracto. Desarróllelo, hágalo colorido, descriptivo y animado. Sea cuidadoso de no escoger un tema relacionado con el pecado – ya que se encuentra más allá del alcance de esta lección, sino más bien escoja una lección buena, práctica y valiosa que haya aprendido. Sea positivo y entusiasta al entregarla.

Recuerde que tiene siete minutos para realizar su presentación, así que luego de una breve introducción y explicar su propósito, céntrese en su tema y explique cada parte. Escoja una buena conclusión que nos deje claramente la lección explicada.