Escritura clave: “Buen remedio es el corazón alegre, pero el ánimo triste resta energías” (Proverbios 17:22, DHH).
PREPARACIÓN
¿Existe el buen humor en la Biblia? Por supuesto que sí – desde el comienzo hasta el final, porque Dios es el autor del humor – solo mire a los monos. Aunque es bastante serio, el relato de culpa de tomar del árbol del conocimiento del bien y del mal se presenta de una manera humorística – primero Adán culpó a Eva, luego Eva culpó a la serpiente – y la serpiente miró a su alrededor y no tuvo a quién echarle la culpa – así que guardó silencio.
Más tarde, Dios escuchó a Sara reírse de la idea de que sería madre a su avanzada edad, él le dice a ella que el nombre de su hijo será Isaac – que significa “risa” (Gen 18:13-15; 21:3-5). Jesucristo utilizó el humor en sus pintorescas palabras diciendo “¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, y tragáis el camello!” (Mateo 23:24) y “si el ciego guiare al ciego, ambos caerán al hoyo” (Mateo 15:14).
También debemos aprender a usar el buen humor – no como tema principal – sino como sazonador de nuestra comida – con moderación pero apropiadamente. El presidente Ronald Reagan era un maestro en ello, y Herbert Armstrong lo utilizaba frecuentemente. Lucas 6:21 dice: “Bienaventurados son los que ahora lloran, porque reirán”.
PRESENTACIÓN
Por favor, no solamente cuente chistes en su discurso. Encuentre un tema humorístico o cuente una historia intercalando bromas. Recuerde estos puntos: 1. No diga una broma de dudosa moralidad. 2. No diga que nos va a contar una historia graciosa y luego se ría antes de dárnosla, sólo dígala y deje que la gente decida si es graciosa. 3. Cuente un chiste que se adapte al público. 4. Asegúrese que cuenta con tiempo para terminar la historia.